Celoso

Tras nuestra separación luego de varios años; pensé que pasarían meses hasta que alguien de nosotros dos encuentre un nuevo amor, incluso creí que esperaríamos un año como mínimo. Pero como el tiempo es efímero y la vida el epítome de toda historia, vi cómo alguien más pudo conquistarte antes de tiempo (o quizá en el momento justo).

            Aunque pareciera algo extraño e incómodo, volvimos a platicar después de unos meses y cuando me hablabas de él, noté el resplandor en tu mirada, como dibujas una tierna sonrisa al recordarle. Cuando me cuentas que te llama a diario, que hablan de las probabilidades del destino y las promesas que yo no cumplí y él te ofrece. Incluso entre bromas me has dicho que cada tanto me recuerdas y, no tan bonito para colmo; también me dijiste que él te reclama que ya te olvides de lo nuestro de una vez por todas.

            Por dentro no quiero convertirnos en cenizas de lo que hemos vivido, sin embargo, también te sugerí que olvides lo nuestro como si en verdad lo sintiera. Nos miramos con el ceño fruncido y hasta negamos este destino de lo impostergable.

            Sonrío triste cuando me dices que te invita al cine, que se despierta en plena noche y te llama para desearte buenas noches por si se le olvida. Según tú es detallista, atento y tolerante. También me has comentado que congenian en los gustos que tienen juntos: libros de romance, despertares al lado del mar, muchos animales en la casa, que sueñan que llegue el día cuando estén en el altar frente al sacerdote y los invitados con sus vítores. También me has comentado que le has hecho sopa paraguaya y que has optimizado el preparado del strogonoff de pollo que tan bien te salía.

            Duelen los motivos. Esta naturaleza del olvido.

            Porque en apenas tres meses, los mensajes entre nosotros han disminuido vertiginosamente y las fotografías que hasta hace poco nos enviábamos, quedaron relegados solo por los emoticones o gif´s. De un tiempo a esta parte ni siquiera nos hemos dedicado un saludo de buenos días y tal vez hasta siento que ya no es necesario que lo hagamos.

            Y para conmemorar los celos que ahora siento, cada que hablamos no hay un solo momento en que los dos no nos detengamos para hablar de él, mientras que yo… aquí del otro lado del mundo, me convertí en el manto de tus nuevos recuerdos.

            Como si fuera solo un amigo más a quien le quieres comentar tus anécdotas diarias. Solo eso…

©2024 Marcos B. Tanis.

Publicado por Marcos B. Tanis

De profesión analista, docente y magíster en auditoría en informática, amante de la lectura y ahora escritor. Tengo mis primeras novelas publicadas tituladas: Fragilidades del alma y Aquello que menos esperas I y II, además varios apresurados por salir de la oscuridad.

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