Sustancia gelatinosa que me alimenta,
sabor amargo que sacia esta voracidad mortuoria,
entretanto, mi forma animal transgrede lo inhumano,
tú que me ofreciste tu alma, para convertirte en la mía.
Incisivos que tatúan sobre la piel,
marcas que desaparecen luego, pero no así la imagen cuando ocurre y, me retuerzo
ante la fragilidad de mi cuerpo cuando se estruje por el dolor de recibir el veneno,
éxtasis oscuro, que me opaca con la noche.
La oscuridad almacena mi miedo en estos momentos,
porque no quería convertirme en un monstruo,
pero tuve que sacrificarme cuando te vi necesitándome,
y no dudé de ofrecer mi amor por ti y es cuando ahora resarzo mi sed.
Navegamos juntos en este cielo envenenado,
osamos en pertenecer donde nadie nos acepta,
bajo la intemperie que nos aprecia en la calígine,
mientras intentamos naufragar entre limbos luminiscentes.
Sangre evaporada por la lujuria,
hambre genocida que atrofia desconsuelos,
amor egoísta que satisface,
este mecanismo de odio inhumano que se mimetiza con lo siniestro.
©2023 Marcos B. Tanis
Pasiones que desafían lo siniestro, hambre suicida, no sé si egoísmo ardiente disfrazado de lujuria mutua.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Instinto asesino de un amor obsceno
Me gustaLe gusta a 1 persona
Manda tuas poesias:https://hotelmasticadoreshouse.wordpress.com/home/
Me gustaLe gusta a 1 persona