Me siento suspendido en el vientre de tu universo,
en aquel primigenio tacto de los sentidos,
cuando mis yemas recorren tus fronteras,
cuando pruebo de la sal de lo complejo.
Supongo que el saber no tiene límites ni debe limitar,
para conocer cada lunar de tu cuerpo e
inmiscuirme en la profundidad de tus ojos
y determinar de esa forma el procedimiento de lo nuestro.
Un sentido incoherente a este acto compasivo,
de reírnos en la penumbra de lo prohibido,
del resultado esperado,
ante la predicción de lo mágico.
© 2024 Marcos B. Tanis.
Encuentros furtivos que se hacen eternos en el tiempo.
Encantado de leerte.
Saludos.
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Gracias, Lincol. Te leo siempre.
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