Pánico

Sus ojos rezumaban miedo esa mañana y según él mismo repetía cada tanto, que algo malo había allí dentro.             —¿A qué te refieres, hijo? —Había preguntado su madre cuando vio las bolsas negras por debajo de sus ojos como si fueran marcas de un mapache.             Ella nunca lo había visto de ese modoSigue leyendo «Pánico»

Una casita de madera   

Como el perro estaba a la intemperie cuando llovía, el pobre solía quedarse empapado en el patio. Entonces, tuve que sacar el alma de arquitecto del interior y empecé a construir un pequeño hogar dentro de otro. Conseguí palés de una pseudo carpintería que estaba a dos cuadras de mi casa, compré clavos y alambresSigue leyendo «Una casita de madera   «

Algo sucede

Como escritor, necesitaba una historia que se convierta en un best seller y se me ocurrió alquilar una cabaña que esté lo suficientemente alejada del núcleo de la ciudad. Apenas llegué al sitio, todo parecía compaginar con lo que quería lograr y lo que necesitaba para hacerlo.             Las paredes tenían un color grisáceo, casiSigue leyendo «Algo sucede»

Noche de invierno

Era el último autobús que pasaba por ahí; maldije hasta a los santos que no había, ya que debía caminar unos cinco kilómetros hasta llegar a mi casa por culpa de quedarme a orinar en la oscuridad.             Miré a ambos lados, autos aparcados, perros rebuscándose entre los basureros pigmentaban aquel cuadro macabro de soledadSigue leyendo «Noche de invierno»

Hay algo en la oscuridad

Escucho llantos en mi sueño y despierto con perplejidad cuando siento que no es solo eso, ¿qué significa? —me pregunto, mientras busco mis alpargatas al costado de la cama. Tras abrir los párpados con dificultad, busco a tientas la perilla de la luz y cuando la bombilla se enciende, no veo que suceda nada extraño.Sigue leyendo «Hay algo en la oscuridad»

Aparición

Me levanto de la cama, son las 2 a.m., te veo allí, durmiendo con los ojos medio abiertos; recuerdo que siempre bromeábamos sobre eso y tú me recriminabas por mis ronquidos, todo para defenderte de mis ataques y nos matábamos de risa.             Tras acariciar tu rostro y acomodarte el edredón, voy por un pocoSigue leyendo «Aparición»

El esplendor

El invierno se precipitó, las familias encendían las brasas de sus chimeneas o conectaban sus calefactores eléctricos para mantener un clima agradable dentro de los hogares. Incluso los perros no salían a la intemperie; no cayó nieve, sin embargo, nunca había bajado tanto la temperatura y en los informes nadie recordaba que hubo algo similar.Sigue leyendo «El esplendor»

Árbol

Carayaó, a 164 km de Asunción fue el epicentro de esta historia que me ocurrió cuando fui de viaje.             Pablo y yo salimos en su Toyota Bandeirante, cargado de cervezas, alimentos, cigarrillos, y la idea fija de despegarnos de esta monotonía que ensalza a la entropía de la vida. Tras una parada para comprarSigue leyendo «Árbol»

Teléfono de vasos

Cuando Manuel terminó de ver la película El conjuro, le recordó a cuando aún jugaba como un niño normal, donde no existían celulares de alga gama ni todas las aplicaciones que existen hoy en día. Pero no solo eso lo motivó a que preste atención a aquella película de suspenso, sino la intención de recrearloSigue leyendo «Teléfono de vasos»

El pacto

Por las noches se oían a las aves del gallinero que, parecían inquietas y cuando mi abuela se levantaba para revisar qué ocurría, solo hallaba plumas y sangres esparcidas por el suelo. Hasta que una noche cualquiera, vio que era una comadreja la que causaba zozobra en aquel sitio, y para colmo, la comadreja soloSigue leyendo «El pacto»

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