Papá

Me han dicho de todo, que no tengo tus ojos, no tengo tu sonrisa, que no tengo tu color de piel y ni siquiera tu estatura. Incluso me han juzgado por cosas que no saben y tuve que tragarme todo ese resquemor que nacía en cada ofensa. Recuerdo que te había comentado que lloré por las palabras y tú me habías dicho que la voz puede ser un arma mortal y el silencio un verdadero escudo.

Quiero que todos sepan que fuiste tú quien me enseñó casi todo lo que sé, como, por ejemplo, a leer, a sumar, a atarme los cordones, hacerme el nudo de la corbata y cuando crecí me enseñaste a preparar los mejores platillos y me diste sabios consejos que me ayudaron a ser la persona que soy hoy.

            También fuiste uno de los pocos que me acompañó en los eventos escolares, en mi confirmación, en mi colación de curso, cuando me recibí de licenciado, incluso me acompañaste cuando me casé, estuviste allí presente, a mi lado como testigo, como padrino, como mi héroe. Por supuesto que también siempre estuvo mamá, no le quitaré el mérito (cabe aclarar). Pero quiero hacer una mención especial al cariño que siempre te tuve y a veces no me atreví a demostrar.

            Para mí es muy importante que me hayas acompañado en todo este proceso y por más que quisiera resarcir ese tiempo que no te di, así como lo has hecho tú, hice lo que pude. Solo me queda decirte que siempre serás mi mejor amigo y aunque, físicamente no nos parecemos en nada, absorbí lo que me has dejado como herencia y me convertí en un hombre hecho y derecho y… quizá “papá” no fue mi primera palabra aprendida, pero aprendí que es lo último que quiero olvidar acerca de ti.

            Para que lo conozcan un poco, él es Carlos, se casó con mi madre cuando yo tenía tres años, el destino hizo que encontrara el amor en la penumbra, cuando mi madre estaba sumida entre laberintos de tristeza y había decidido con ahínco que ya no traería al mundo a otro niño para que sufra, como lo hice yo al inicio. Pero sin importar las condiciones en que él nos encontró, Carlos nos demostró su amor incondicional y se comportó, no como un padrastro, sino como el papá que siempre quise.

            Por eso, por todo, te quiero, papá.

©2024 Marcos B. Tanis.

Publicado por Marcos B. Tanis

De profesión analista, docente y magíster en auditoría en informática, amante de la lectura y ahora escritor. Tengo mis primeras novelas publicadas tituladas: Fragilidades del alma y Aquello que menos esperas I y II, además varios apresurados por salir de la oscuridad.

6 comentarios sobre “Papá

  1. Tienes familia con la que compartir genes y familia con la que compartir vida. Te dan lo mismo solo que algunos con más ganas que otros. Pocos son los que considero familia. Pero los que sí, están para siempre.

    Lo que has escrito es conmovedor.

    Magnos sueños.

    Le gusta a 1 persona

Deja un comentario

Diseña un sitio como este con WordPress.com
Comenzar